lunes, 7 de diciembre de 2009

Prueba superada: SaintéLyon'09

Este fin de semana ha sido de esos que me gustan. Si hace dos meses me dicen como me iba a ir a esta carrera, y que me lo iba a pasar tan bien y no me creo. Siempre me sucede lo mismo, me apunto al primer embolao que veo, por arriesgado que sea y luego no tengo más remedio que ir, a la aventura... Esta vez, para variar ha sido así también. Siempre digo que no me va a volver a pasar y sin embargo, siempre me pasa... El mes de Octubre estuve pasado, sin hacer nada, por motivos de trabajo (excusas, excusas...), noviembre empecé genial, haciendo las dos primeras semanas casi 150 km, para la tercera hacer apenas 20, y esta última que suele ser de recuperación, me la tomé como tal, y no había hecho nada desde hacía una semana, ni salir a soltar piernas, nada... En esas condiciones ya podeis imaginar como iba a la SaintéLyon... cagadito es poco. Mi único objetivo era acabar, y sobretodo poder contarlo. Y puedo contarlo. Además la sensación ha sido especial, a pesar del sufrimiento, estoy deseando repetir.

Todo empieza cuando cojo el autobus dirección a Saint Etienne, ahí ya empiezo a notar a lo que he venido... Son las 16h del sábado, y parece de noche ya. Esta nublado, hay previsión de lluvia, pero aguanta... Se respira ya el ambiente de carrera, además de carrera diferente. Todos estamos nerviosos, con esa sonrisa tonta, con ese "ça va?"... pero aquí el único contrincante es uno mismo, los demás te acompañan en esta locura. Cuando llegamos al lugar de salida, hay poca gente aún en el pabellón de recepción. Son las 17h, y queda mucho. Cojo el dorsal, y busco un sitio donde esperar, ya que dentro de un rato, esto será un hervidero de gente, y encontrar un hueco donde repasar será algo complicado... Intento pasar el tiempo lo mejor que puedo, dormir es una buena idea aunque me resulta dificil, y solo voy dando alguna cabezada. El suelo esta duro. Poco a poco, va llegando más gente, y cada vez estoy más contento de haber encontrado un sitio donde esperar, además hago amistad con un francés, que debe tener 60 años, y que me explica las características de la prueba, prueba que ha hecho en 9 ocasiones, además nos turnamos para ir a la pasta party, al lavabo, etc, trabajo en equippo, jejejeje. En todo este tiempo, me voy dando cuenta de donde me he metido. Hasta este momento no era consciente. Empiezo a recordar mis maratones, "solo" 42 km, y sobretodo las condiciones en la que he acabado alguno, y pienso... "de esta no salgo". Es ahora cuando empiezo a temer por mi integridad, pero aquí estoy, y voy a superarlo, cueste lo que cueste... ingenuo...

Sobre las 23 me preparo. me pongo la ropa, el dorsal, mis asics.. Dejo la bolsa en el autobus para que la repatrien a Lyon, empiezo a contar los minutos que no pasan... Estoy deseando empezar (o mejor dicho, acabar...). Salgo a la calle, y hace frío, además ha llovido, menuda nos espera... Todo el mundo esta impaciente, espectante... Todos tenemos ganas de que empiece todo, y quitarnos estos nervios de encima. Nadie calienta, normal, tenemos 69 km por delante para hacerlo. 5 minutos antes de salir vamos todos hacia el punto de encuentro. Es como una procesión hasta la salida. Nadie pelea la posición como en otras carreras, esta claro que tendremos tiempo de encontrar nuestro sitio. Yo lo tengo muy claro, aquí no compito contra nadie, solo contra mí...

Las 00:00h del día 6, salida! tardo más de dos minutos en empezar a correr, o más bien trotar... Me pasa gente, y me da igual, yo sigo a mi ritmo. Los primeros 8 km son por asfalto, y pican para arriba. Rápidamente, empiezo a sentir calor, estoy genial. Hace una temperatura ideal para correr, 8 grados, no llueve, buena música, perfecto. Empezamos los tramos de tierra, al principio todo pista, y empiezo a ver lo que me espera... Aquí no hay tierra, todo es barro. No hay un tramo seco. La carrera no tiene ninguna complicación, pero ver como patina todo, como te deslizas a cada paso, o como donde tu pones el pie, no es necesariamente donde permanecerá, es una aventura nueva, y excitante y a veces preocupante, que te hace mantener la atención en todo momento, y os garantizo que hacerlo durante más de 9 horas, y sin dormir no es nada facil. Conforme voy avanzando me voy dando cuenta de algunas cosas que me llaman la atención... Hay gente que se mueve en este entorno como pez en el agua. Yo parezco un pato mareado, cada paso es una aventura, parace que pillo todas las piedras que se mueven, todos los charcos... en cambio hay gente que se desliza como si nada, rápidos, veloces, sin hacer movimientos en falso... jo, me queda mucho. Además también me he dado cuenta de algo, aquí hay que venir preparado, unas polainas, y un buen frontal, me hubieran ido de lujo. Mi frontal apenas me deja ver nada, solo una pequeña mancha blanca, mientras observo como hay gente que lleva auténticos focos de autopista, y hay que ver como se mueven... Para la siguiente he aprendido la lección, vamos...

La carrera sigue, y yo con ella. Del km 10 al 20 lo paso mal, empiezo a notar los km demasiado pronto, y pensando en lo que me queda, tengo la sensación de que no voy a acabar, pero quiero llegar sea como sea. Empiezo a regular todo lo que puedo, sin intentar hacer ningún sobreesfuerzo, la ley del mínimo esfuerzo, en las subidas andando, en las bajadas recuperando, y en el llano, suave, suave, controlando el rítmo y mis pulsaciones para no animarme... Llegando al km 30 es donde peor lo paso, queda más de la mitad y lo paso mal, la cabeza es básica en este tipo de desafios. Lo había oido muchas veces, pero me doy cuenta de que es así, por eso constantemente intento hacerme sentir bien, y eliminando los mensajes negativos que me vienen a la mente. Es curioso, pero es en ese momento cuando mejor me encuentro y cuando más disfruto en toda la carrera, desde ahí hasta el 55 me lo paso genial, super animado, y a pesar de las molestias en los cuadriceps, y mis rodillas que empezaban a hacerme la vida imposible, sigo adelante. En estos momentos tienes tiempo para pensar muchas cosas, y una que me llama la atención es saber que estoy en Europa, y os comento por que... La edad media de los participantes es de 40 años, gente que da la sensación de que lleva toda la vida haciendo deporte, increible, hay un momento de la carrera, que alucino, me pasa un señor que debe tener 70 años, y ahí va, a mi lado y como si nada, jo, cuantas veces he tenido ese pensamiento, de tener esos años y seguir haciendo lo que más me gusta... También lo de ver tanta chica, y como van... Jo, que nivel femenino, es para alucinar! Y por último la de parejas que comparten afición y van cogidas de la mano, corriendo, increible, vamos...

Llegando al final es cuando lo paso mal, después del paso por la Fourvière, ya solo queda bajar al rio y los últimos 5 km hasta el palacio de deportes, y esos han sido los peores. La rodilla no deja de molestarme, aunque lo peor viene por un dolor en el tobillo derecho, todo producido por una "china" que se me metió en la zapatilla, me ha ido martirizando y provocandome un dolor insoportable, apenas podía caminar, aún así, he acabado, y gracias a los ánimos de Jean-Claude, desde el último avituallamiento hemos ido juntos, animándonos los dos, cuando no podíamos, y así hemos llegado. Eso es lo bonito de este tipo de carreras, que los que llevas a tu alrededor no son rivales a los que batir, son compañeros con los que disfrutar, y a los que ayudar o que te ayuden en un momento dado. Lo había oído decir pero ahora puedo dar fe de ello. Finalmente llego a la meta, tras 9h28', roto, pero satisfecho, el puesto es lo de menos, he sobrevivido, y lo que es peor (o mejor...) con ganas de repetir, sino en esta, será en otra, lo tengo claro...