lunes, 8 de febrero de 2010

Franco Ballerini...

Llevaba muchos días sin escribir, por diversos motivos, y hoy me apetece hacerlo, pq es uno de esos días que me encuentro con ganas de contar algo... Ayer me llevé una de esas sorpresas que te dejan impactado, conmocionado, sorprendido, valga la redundancia... Mientras husmeaba por internet, me topé con la noticia: Franco Ballerini había fallecido mientras disputaba un rallie automovilístico, gran putada! y os explico porque...

Mi deporte favorito, sin duda es el ciclismo, me enganché a él después de presenciar la épica durante el Tour del 88, aquel que ganó Delgado por delante de Rooks y Parra. Quedé enamorado de las etapas de montaña, de las contra-reloj interminables bajo el sol abrasador del julio francés, de las pájaras o desfallecimientos, de los ataques a cuchillo durante las ascensiones por ese asfalto descarnado, y rodeados de anónimos tiffosis chillando a los sudorosos ciclistas... Jo, como disfruté! Ese detalle despertó mi interés por este deporte, pero sin duda lo que me acabó de enganchar fue conocer una carrera que se disputaba y se disputa en el Norte de Francia. Una carrera anclada en el pasado, de esas que podemos leer en los libros con fotos en blanco y negro, con bicis arcaicas de piñón fijo, con deportistas que más que ciclistas parecían gladiadores... Esa es la Paris-Roubaix, una de las competiciones ciclistas más antiguas y con más tradición del mundo. Esa es la carrera que siempre hubiera querido correr, que siempre hubiera querido preparar, que siempre hubiera querido sentir, que siempre hubiera querido ganar... Y es en ese contexto en el que conocí a mi gran ídolo ciclista, uno de esos esforzados de la ruta que pasa desapercibo para la gran mayoría, que no llena hojas en diarios ni revistas, pero que era un crack, dentro y fuera de la ruta. Ese es Franco Ballerini. Aún tengo grabada su entrevista tras el final de carrera en la París-Roubaix de 1993. Ese día fue el más fuerte de todos, y tuvo la mala fortuna de toparse con otro crack en Roubaix, Gilbert Duclos-Lassalle. Se quedan solos al final tras una lucha descarnada, Ballerini ataca sin descanso, pero no suelta al galo que resiste como perro panza arriba. El italiano le pide relevo, pero Gilbert no puede pasarle, pq va al filo de la navaja, a un paso de descolgarse y perder la carrera, la carrera de su vida, puesto que vive por y para ella. Duclos-Lassalle, se suelda a la rueda de Franco. Este sabe que es el más fuerte, y a pesar de conocer que no es rápido, se la va a jugar en el sprint, pq se ve con posibilidades. Entran en el velódromo de Roubaix, se la van a jugar, a 100 metros lanzan el sprint, se ponen en paralelo, y llegan a la par, pasan la línea de meta juntos y ninguno se atreve a levantar los brazos, quien ha ganado? la foto finish decidirá... Este se pone de parte de Gilbert. Ha ganado por 8 mm, ni la distancia de un tubular. Después de más de 260 km, la gloria de la devastación y la derrota la separan 8 mm. El francés esta exultante, mientras el italiano, esta destrozado, hundido, desmoralizado... Nadie le puede consolar. Ha perdido "su carrera" cuando era el más fuerte y lo había demostrado, pero a veces la suerte te juega una mala pasado. Ese día Franco maldició el día que se hizo ciclista, pero se prometió que volvería y que volvaría para ganaría. Efectivamente, volvió un año después y demostró que en Roubaix no ha habido otro como él. Ganó a lo grande, escapado, dejando tirados a sus rivales en las zonas más duras, en los tramos de pavés donde se sentía el rey, y no había otro como él. Que grande es el ciclismo, y que grande eres Franco, gracias por hacerme sentir tan feliz observándote y por hacerme sentir tanto con tan poco....

Para muchos, los ídolos son los grandes, esos que ganan carreras sin cesar, que ganan grandes vueltas, una detrás de otra... Para mí el más grande ha sido Franco, y siempre lo será, pq es aquel que más me ha hecho soñar en este deporte, en esa carrera, en la carrera, en mi carrera... En Abril siempre tengo una cita con el pavés, con el ciclismo, y gracias a tí Franco por abrirme los ojos. No te olvidaré...


Este fin de semana he estado con una amiga. Una amiga a la que quiero mucho y que está pasando un mal trago. Estoy convencido de que saldrá de este bache, y volverá a recuperar esa sonrisa que tan especial la hace. Te mando un montón de fuerzas y ánimos, "Tú puedes "Rosita"!