Hoy me he decidido a escribir otra vez... Hacía muchos días que no lo hacía, primero por que no tenía ganas, no os voy a engañar, y después, pues por otra razón de bastante peso... y es que no tenía internet en casa... Ahora he vuelto a "internetizarme" y a globalizarme, por eso vuelvo a aparecer por aquí, y aprovecho para contaros mi última experiencia que como siempre no tiene desperdicio, vamos...
En Octubre decidí apuntarme al Maratón de Marrakech, y aprovechar este viaje para conocer un poco la ciudad y el país. Las intenciones eran las mismas de siempre, empezar a entrenar de una vez con una mínima continuidad, y llegar a una cita deportiva en condiciones. Pues va a ser que esta vez tampoco ha sido. Durante el mes de Diciembre no hice casi nada, solo correr la Cursa dels Nassos en Barcelona, la cita obligada para acabar el año, y desde ese día, pues apenas un par de salidas a pie y en btt, ya veis, menudo bagaje para afrontar otra maratón... Pero bueno, aún así, me fui... a ver que pasa...
Viernes, 28 Enero 2011: El viernes me levanto a las 6'00h de la mañana para prepararlo todo: el pasaporte... hará frío?... me llevo el paraguas... como siempre dejándolo todo para el final. Salgo de Cambrils para Barcelona, donde mi padre me espera para acercarme al aeropuerto. Decido ir en manga corta, en Marruecos seguro que hace calor y así aligero equipaje (Como he echado en falta un polar o un tabardo en condiciones). Llego con tiempo, raro en mí, y el vuelo sale sin incidencias, on time... Llego a Casablanca, una hora menos, y encima tengo que esperar 4 horas más para coger el vuelo de Casablanca a Marraquech. Es curioso ver como se organizan el otro país tan diferente al nuestro... En los vuelos internos a Agadir, Essaoira, Ouarzazate... esperan a todos los pasajeros! Es más, la chica de Royal Air Marroc, iba a buscarlo por toda la terminal! Os imaginais eso en el Prat o en Barajas? Imposible... A las 18'00h, ya con la noche entrada y con frío, nos llaman a embarcar. Conmigo hay una legión de italianos que por las pintas van a correr también el maratón, y después de un paseo en bus por las pistas del aeropuerto, nos acercan al avión... Sorpresa! Es un avión con hélices! Nadie se lo puede creer, yo pensaba que de estos ya no quedaban, pero estaba equivocado... Tendríais que ver nuestras caras de incredulidad, cuando vimos que era para nosotros... El avión de "Tarzán en Nueva York". Al final no fue para tanto, y llegamos sin contratiempos a Marrakech. Desembarcamos, y tras los trámites rutinarios en la aduana, me dirijo al exterior... Me han hablado de los taxis de Marruecos, y doy fe de que todo lo que dicen, hablan, chillan, discuten, y parece que he sido asignado a un señor de avanzada edad, me dirige a su taxi: un fiat punto de los viejos (la puerta casi no cerraba...) y antes de subir, discutimos el precio. No tengo ganas de perder energía, me dice el precio que me va a costar la carrera y acepto: 20 euros! caro pero es de noche, y tengo unas ganas locas de llegar al hotel. Primer gran shock! El hombre va por las calles como si fuera el patio de su casa, se salta los semáforos, las continuas no existen, pasa rozando a los ciclistas y motoristas que viajan sin luces, hablando por el móvil, con tres personas en cada una, un policía en cada cruce que se limita a no hacer nada... y donde todo vale. Además! lo de hacer sonar el claxon es el deporte nacional, un coche sin pito en Marrakech no es un coche... Por lo que veo, parece una ciudad europea, con avenidas, edificios nuevos, a parte del desorden automobilístico, todo parece normal, creo que mi hotel debe estar por aquí... Pues no, entramos por la Avenida de Menara al viejo Marrakech, y me parece pintoresco todo. El tráfico aún se vuelve más desordenado, el bullicio es infernal con gente de arriba para abajo, parece que toda la ciudad esta en la calle... Donde estará mi hotel? De pronto el taxista se detiene junto a un puesto de verduras, se baja por que no sabe donde esta exactamente la dirección del Riad... Mi incertidumbre sigue creciendo, y empiezo a sentir un escalofrío por el cuerpo... Donde me he metido... Al rato vuelve el taxista con un "zagal" y me dice que él me lleva, y que "bienvenido al barrio judío!!!!" (Dios! Antes de salir pude leer en un foro, que evitara por todos los medios de salir por el barrio judío y menos por la noche ... Joder! Creo que en mi vida he pasado tanto miedo! Mi Riad estaba junto a la Sinagoga! El trayecto del taxi al Riad fueron unos minutos, pero a mi me pareció un mundo, fue una sensación super extraña... Me veía tan fuera de sitio... Yo tirando de mi maleta hablando con aquel chico de fútbol, del barça... contestándole con monosílabos, por que era incapaz de pensar en algo que no fuera yo y lo que estaba sucediendo... Las calles super estrechas, con mucha gente observando, niños jugando a fútbol entre los charcos, zonas ombrías donde mi imaginación volaba y no imaginaba cosas agradables precisamente... madre mía que mal trago pasé... Por fin llego al Riad (que es una especie de casa rural a la marroquí) donde me espera Aziz, y allí encuentro algo de calma. Después de discutir por la propina por que le parece poco, lo único que quiero es ver mi habitación y reflexionar... Son demasiadas sensaciones las que estoy sintiendo, un shock cultural al que no se si estoy preparado... Me siento en la cama y mi cabeza da vueltas, que hago yo aquí? Tengo frío, estoy en un sitio del que no puedo salir, tengo molestias en las piernas que seguro me van a hacer que la carrera sea un calvario... Menudo panorama, no? Suerte de Aziz que ayudó a asimilar un poco mejor la situación con una buena cena y un paseo tranquilo por el centro de la ciudad...
Sábado, 29 Enero 2011: No me quiero levantar de la cama, para no despertar y ver que no es un mal sueño. Barajo todas las posibilidades: cambiar de zona y de hotel, coger el primer avión que salga a la civilización, quedarme en la habitación del hotel hasta el lunes, o descubrir el encanto que tiene este lugar... Al final decido esta última posibilidad y de la que me alegro mucho. Sobre las 13'00h, y después de un suculento desayuno, pongo rumbo a la ciudad. Dios, que locura, que estrés! intento coger referencias para poder volver con garantías, pero todas las callejuelas, me parecen iguales, y lo de las miguitas de pan, creo que no resultaría... Me dirijo al Village de la carrera para recoger el dorsal, y aprovecho para realizar el cambio de carrera. Estoy inscrito a la Maratón, pero por preparación, opto por hacer la Media Maratón, gran acierto. Después me paso todo el día deambulando de aquí para allá, con un mapa que me ha costado 20 dhr y una fuerte negociación (un plano de los que regalan en la oficina de turismo, pero aquí todo tiene un precio), de zoco en zoco hasta que va anocheciendo... El regreso al Riad es una aventura para mí, aún no se ni como pude llegar sin perderme, ya que os aseguro que en más de una ocasión opté por una dirección al azar, por que todo me sonaba. Por último, la cena que me esperaba en el Riad, deliciosa, Zaquia tiene muy buena mano, y fue todo un detalle que cocinara sin especies para mí, la sopa mmmmmm! y los espaguetis con champiñones increibles! Del yogurt natural con canela... sin comentarios.
Domingo, 30 Enero 2011: El día amanece lluvioso. La noche ha sido un infierno, el miedo a poder dormirme no me deja descansar, y me despierto una y otra vez, además solo oigo el tintineo de las gotas sobre el tejado, lleva toda la noche lloviendo, y amenaza con seguir así durante el resto del día. La carrera empieza a las 8'30h. Me levanto a las 7'00h y tras un desayuno muy ligero (un zumo y una magdalena... Lo se, insuficiente...), cojo rumbo a la salida. Son unos 4 km que aprovecho para hacer corriendo y ya disfrazado ya que aquí no hay servicio de guardarropía. Llego pronto y me sitúo en el cajón (porque solo hay uno...) rodeado de muchos corredores, llegados de las partes más reconditas del planeta: un sudafricano, una pareja eslovena, un par de polacas, el grupo de italianos que se dejan notar, la colonia francesa múltiple y dispar, y como no, los autóctonos, que viven esta carrera como una auténtica fiesta. Algo a lo que no estoy acostumbrado es a que una carrera salga con retraso, pero al final salimos... El ritmo inicial es muy lento, y voy adelantando gente constantemente en los primeros compases. La temperatura es buena, la lluvia nos va a respetar, y lo que si que se hará pesado será la humedad... El recorrido no es lo mejor, se limita a dar la vuelta a la ciudad nueva, pasando por los parques y jardines más conocidos, rodeando los 14 km de muralla, símbolo de la misma. Me resulta chocante ver las condiciones con las que afrontan la carrera algunas personas (sin tenerme en cuenta claro), quien diga que para correr hace falta el último modelo de una marca o de otra, el último modelo de pantalón, mallita o camiseta técnica, miente, allí podías ver indumentarias de lo más dispar, pero eso es otra de las cosas que me encantan de este deporte y es la posibilidad de practicarlo en cualquier circunstancia o realidad, solo teniendo ganas. También me llamó la atención la paciencia de la gente, esperando a nuestro paso (en esta ciudad donde todo el mundo tiene prisa, ya vaya andando, en bici, motocicleta o carro), eso sí, había un policía cada 50 metros, y por la cara que hacían, no parecían muy amigables, en condiciones adversas, no quiero pensar en su reacción... La carrera va transcurriendo, y el ritmo es bueno, para mí claro. Me lo estoy pasando bien, los 10 km en 49', voy para hacer 1h40'/45', un tiempo aceptable para mi nivel físico... pero sobre el km 17'5, empiezo a notar molestias en el estómago, me empiezo a encontrar vacío, y mi ritmo decae muchísimo. La vergüenza me impide caminar, pero creo que iría más rápida andando. Tardo en hacer esos 4 km casi 30', y llego a meta arrastrándome con un tiempo de 1h59', descontando los 4 minutos de la salida se quedan en 1h55'. No estoy contento, pero sobretodo por las sensaciones del final. En meta necesito comer, y me peleo por unas mandarinas como si me fuera la vida... Me saben a gloria. Para no quedarme frío, ya que no tengo nada que ponerme y estoy hecho una sopa, me vuelvo rápidamente para casa. La gente no para de mirarme, sobretodo por la mancha de sangre que llevo en el pecho. No me acordé de coger la vaselina, y mis pezones que son muy delicados al rozamiento con la camiseta, no han dejado de sangrar. Parece que me han dado una puñalada...
La llegada...
Las heridas de guerra...
Llego roto al Riad, me ducho, y antes de quedarme frío, me preparo para seguir pateándome la ciudad. Hoy me lo tomo con mucha más calma que ayer, estoy disfrutando del ambiente de cada rinconcito, de cada lugar, a pesar del dolor de rodillas, lógico después de la "batalla". Por la tarde, comparto una bonita velada a la vera del fuego a tierra del salón con Lucía, una asturiana más valiente que tóo, y Yahya, un chico bereber que trabaja en el Riad. Por cierto, el tajine compartido no tuvo precio, me quedo con ese momento! y la charla posterior en la terraza...
Lunes, 31 Enero 2011: Me levanto tempranito, y con Aziz al aeropuerto. Se acaba la aventura, y el regreso, afortunadamente sin ningún contratiempo más. Me queda la nostalgia de no haber descubierto todo lo que hay que descubrir en este lugar. Fue un acierto venir, y sin duda volveré, me han quedado zocos por visitar, platos que comer (lo reconozco, la gastronomía no es mi fuerte, pero el té con menta, espectacular, jejejeje), cosillas que comprar y negociar, aunque se que me timarán, rincones por perderse y lugares por visitar... Y lo que me hubiera encantado hubiera sido alquilar un coche y visitar la montaña (parece mentira estar en pleno desierto, y en apenas hora y media tener una montaña nevada donde poder esquiar) y la playa (para poder bañarme en el Atlántico y descubrir la playa de Marrakech). Queda pendiente...
Finde de desconexión total. Lo necesitaba. Una temporada difícil a todos los niveles donde han vuelto a aflorar antiguos fantasmas del pasado. Este domingo estaba apuntado a la Cursa de Muntanya de Miravet, La Cameta Coixa... Llevo practicamente más de un mes en el dique seco por problemas en mis rodillas, hacia tiempo que no tenía tantas molestias y de las que me cuesta recuperarme, cosa a lo que no estaba acostumbrado. Tengo que cambiar...
