Semanita durilla...

Mucho curro esta semana, a caballo entre Getafe, el barrio de Usera, y las oficinas, urr!!! Pero muy fructífera, la verdad. También ha sido una semanita de altibajos, donde no me ha apetecido salir a hacer nada, solo currar, y dormir, parecía una marmota.

Pero hoy ha sido diferente. Me he levantado, y como la semana pasada tenía una idea en la cabeza (la semana pasada el tiempo me impidió hacerlo...): Quiero tocar nieve. Si, me metí en la predicción del tiempo para ver la que había para Manzanares el Real, mañana despejada y lluvia para la tarde (en la Sierra, ya se sabe: igual nieve), y después de arreglar un poquillo el pisito, hacer la colada y demás, pues he puesto rumbo a la Sierra, a pesar de la previsión meteorológica. Nada, con un par... Siempre estoy a tiempo de darme la vuelta, no?

Ya en la Sierra...

Mi mapa de Alpina, pues me ha jugado una mala pasada, y al no leerlo correctamente pues no he hecho la ruta que en un principio tenía prevista. La siguiente vez que vuelva prometo hacerla, pase lo que pase. Al final he dado una vueltecilla, que teniendo en cuenta mi estado de forma ha estado genial. Poco más de hora y media, 11 km, y lo mejor de todo, disfrutar de la montaña, una montaña desconocida para mi, y espectacular. Es increible lo caprichosa que puede ser la Naturaleza, y crear estos paisajes tan curiosos y bellos. Parece como si alguien se hubiera entretenido en colocar piedras, pedruscos, rocas, etc, de todos los tamaños y formas posibles formando un puzzle desordenado, como si un niño malcriado hubiera tirado por el suelo todas las piezas de su castillo en "una pataleta". Esta montaña es única, y hoy más aún. Era curioso ir subiendo rodeado de árboles, los rayos de sol filtrándose entre las nubes, y todo esto sumado a unos copos de nieve juguetones que peleaban con el viento intentando caer al suelo con dificultad, en resumen una jornada de deporte en la naturaleza de las que vale la pena... Ah! Volveré!