Nieve, nieve y más nieve...
Me levanto a eso de las 8'00h, hoy no toca correr. Aunque me apetece, he pasado una noche genial, y en lo que menos pienso es en salir a correr. Me asomo por la ventana, y en los coches, y en la calle hay una pequeña mantita blanca, será el rocio (que inocente...). Me bajo a desayunar tras la ducha, y al volver, ya ha amanecido. Al asomarme por la ventana, sorpresa. Todo blanquito y los copos de nieve precipitándose sin parar. En la calle, el asfalto ya no se ve, excepto el que dejan tras de si los coches al circular. Aún así me decido a ir a la oficina. Dios! lo que me cuesta hacer tres minutos, hoy supone una odisea de más de 30. El acceso a la N-I empieza a entrar en problemas y la cola cada vez es más grande. Consigo llegar a la tienda, y del parking a la misma, es un paseo pisando un espesor de nieve que empieza a ser considerable, además llego blanquito, blanquito... Pasamos la mañana viendo nevar sin cesar, y con nervios. No ha llegado ni la mitad de gente que habitualmente, unos se dieron la vuelta, otros han tardado más de 4 horas en llegar, y los que estamos allí no sabemos si podremos salir, jejeje. Al final las condiciones mejoran y acabamos la jornada sin más novedades. Por la tarde, nos espera una siesta de esas de campeonato mientras observamos como la nieve sigue precipitándose sobre el suelo de la capital...
Mi coche...
De camino a la Dehesa...
El infierno fuera, y lo mejor estaba por llegar...
Paisaje de ensueño en la tienda...
Y esto me esperaba al salir... Más de 10 cm a la salida del parking...
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